viernes, 18 de enero de 2008

Heroes

"Ciudad Heroica", así es como se llegó a denominar a Cartagena de Indias debido al valor con el que sus gentes soportaron numerosos asaltos por parte de reinos y piratas allá por el siglo XVIII.
Recientemente he terminado de leer una biografía de D. Blas de Lezo, Almirante Español que, además de otras gestas, defendió dicha ciudad de un ataque feroz por parte del ejército británico.

Su vida en general y la defensa de Cartagena en particular son emocionantes, pero lo que más me ha impresionado ha sido la demostración de valor, firmeza y honor exhibida por Lezo.
D. Blas era Español, pero en todos los paises hay hombres valientes y honorables. Lezo era militar, pero cualquiera en su vida puede demostrar las mismas cualidades que él atesoraba.

Cuando pienso en la pasta de la que estaban hechos los hombres y mujeres de hace -y digo bién- sólo 200 o 300 años, me parece que en poco tiempo hemos perdido mucho.
Al 99% de nosotros nos levanta de la cama el despertador para que pasemos un Lunes muy parecido al Lunes pasado y al siguiente, un Martes muy parecido al Martes pasado y al siguiente; y mientras vemos como la rutina nos pasa por encima no nos damos cuenta de que nuestras mentes, nuestra forma de pensar y de juzgar los asuntos, la manera en que asignamos valores y prioridades; todo ello se va amoldando a la sociedad actual que nos ha tocado vivir y que es la de la comodidad, la autocomplacencia y la de los egos: egoismo, egolatría y algún otro.

Estamos perdiendo la batalla por hacer nosotros a la sociedad en lugar de que sea ella quien nos haga y hemos dejado de ser hombres para convertirnos en -como dícen mis hermanos-, "comeyogures".
Efectivamente, vemos el trabajo como un incordio que nos impide divertirnos todo el día y si llega algún mes que no tiene puentes nos cogemos una baja y ya está. (Ah, y por supuesto "el cafelito es sagrao"). Si algun día nos empieza a doler la cabeza le damos inmediatamente al ibuprofeno (o a lo que se tercie), si nos toca bajar la basura y no funciona el ascensor ya estamos de mal humor hasta que nos acostamos y si se nos estropea la televisión entonces llega la crisis.

Me da algo de verguenza pensar en como se sentiría D. Blas, que se mantenia impasible ante las balas de cañon que le pasaban rozando y que cuando le herían despreciaba el dolor con un buen trago de ron; si viera la cantidad de miedos que hemos ido cosechando para fomentar la autocompasión de la que nos alimentamos y observara el espíritu pusilánime que manifestamos en muchas ocasiones.

Si alguno tiene un trabajo que le permita comportarse como un heroe, que lo haga con virtud, si alguno lucha por defender los intereses de los demás aún renuciando a los propios, obtenga recompensa; y a todo aquel que consiga mantener un espíritu fuerte, decidido y justo no habrá nada que haga su mano temblar.