Este es un ejemplo de identificador unico (GUID).
El uso de este tipo de identificadores esta muy extendido, y compite -por ejemplo- con los valores de tipo autonumérico para crear un código que sirva como clave de un registro en una tabla de base de datos.
Pero además, un GUID se venía utilizando como el "dni" de un componente software para ser utilizado por otras aplicaciones de un ordenador. La cuestión es que se generaba en el momento de crear (compilar) el componente en cuestión y se incluía dentro de sí mismo como si fuera parte de su ADN digital.
Tenía una sensación al respecto pero quería confirmarla, asi que un día le pregunté a alguien que sabe más que yo -cosa que ocurre con frecuencia- cómo se controlaba el que componentes que eran generados en las distintas máquinas de los desarrolladores y distribuidos sin un patrón específico tuvieran siempre un identificador único, evitando la posibilidad de que en un mismo ordenador se instalaran dos componentes de distintos proveedores que al tener el mismo GUID causaran problemas en la ejecución de los programas.
Y efectivamente: No se controla. Bueno, se "pseudocontrola". La cuestión es sencillamente que pueden generarse tantos GUID alfanuméricos distintos que las probabilidades de que dos de ellos tuvieran el mismo valor y -además- coincidieran en el mismo ordenador de destino, en el mismo rango de tiempo, son despreciables.
Bueno, pues me parece bien, confiaremos en la estadística. Sin embargo, esta cuestión me hizo pensar y estuve buscando otros ejemplos de probabilidades.
Cuando estudiábamos biología en el "insti", se describía la cadena de sucesos y el orden en el que era necesario que se cumplieran, para poder justificar la teoría de la evolución (Pasando por la sopa orgánica y la aparición de los anfibios que eran la envidia tanto de animales acuáticos como terrestres).
Pues bién, la profesora repetía continuamente la frase: "Entonces, al azar [...]" (me acuerdo porque cada vez que lo decía mi compi de delante que se apellidaba Salazar despertaba violentamente de su letargo con un respingo creyendo que la profesora le estaba preguntando). Como decía, al margen de la intervención o no del azar en los sucesos, estuve buscando información y las posibilidades de que dichos eventos sucedieran y lo hicieran en ese orden era astronómicamente inferior a la de repetición de un GUID. Mientras hoy consideramos una despreciable, en su día se enseñaba la otra como asignatura. Que cosas.
martes, 29 de mayo de 2007
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1 comentario:
La mutación genética existe. Lo vemos hoy en día. A nuestro alrededor vemos individuos con labio leporino, deformaciones óseas como el síndrome de Proteus, síndrome de Down, individuos siameses, etc. La inmensa mayoría de las mutaciones genéticas en humanos son inviables, y de no ser por lo que llamamos "solidaridad" o "empatía", en un entorno natural, estas crías inviables de género humano morirían indefectiblemente víctimas de su propia incapacidad para evadir predadores o proporcionarse el sustento. Además, en todos los animales, cuando la cría padece algún tipo de mutación evidente es repudiada por la madre. (Sin ir más lejos es lo que le ocurrió a Copito de nieve, sólo por ser albino). El caso es que cuanto más complejo es el ser vivo, más improbable es que las mutaciones sean viables. Este hecho, unido a que los seres complejos tienen tiempos de gestación y neotenia sensiblemente más prolongados en el tiempo, es lo que hace que una bacteria en unos cuantos millones de generaciones, que pueden darse en un par de meses, se haga resistente a los antibióticos (aquellos individuos que mutan y resisten, perduran mientras que los que no resisten quedan atrás), o que las plagas de insectos resista en unas cuantas generaciones a los insecticidas. Esto hace que las mutaciones viables en seres primarios, como unicelulares, pólipos o espongiarios sean un alto porcentaje. Por así decirlo, cuanto menos sofisticado es un sistema, más complicado es que falle al cambiar. Parece mentira, pero por poco probable que sea una mutación, estamos hablando de muchos millones de mutaciones al año, y de muchos millones de años. Esto implica un universo discurso en el que nadie en su sano juicio negaría la posibilidad de mutaciones que conducen a la evolución. No es ningún plan premeditado ni de azar. Simplemente hay cambios que tienen éxito y se fijan en la descendencia (y por tanto aumenta su probabilidad) y hay cambios que son inviables y por tanto no se fijan en la descendencia (y por tanto desciende su probabilidad de aparición).
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