Primero me gustaría aclarar que soy de la misma opinión que un profesor -en su día- del Instituto de Empresa:
"El cliente siempre es lo más importante, pero el cliente no siempre tiene la razón".
A pesar de lo anterior, he de decir que ultimamente hay una gran cantidad de comercios y negocios que han perdido la vocación de servicio que sería de esperar. Un buen ejemplo de orientación al cliente nos lo dan en Japón. En la entrevista del enlace, fijaos en el apartado "¿Qué es lo que más te gusta de este país?". ¿ No os gustaría que fuera así siempre ?.
Pero el fenómeno sobre el que me gustaría lanzar una reflexión va más allá aún y es el siguiente:
Pongamos como ejemplo la medicina. Es una profesión humanitaria y el trabajo tanto de médicos como de enfermeras es -al fin y al cabo- cuidar de los demás. No obstante un hospital no es un sitio agradable, hay mucho trabajo, en las consultas los pacientes mienten (y no porque lo diga House, es que mienten !!), algunos se dan su ducha semestral después de la revisión semestral, se genera una gran cantidad de basura y residuos, estrés y además de eso y muchas otras cosas los enfermos (clientes) como es lógico se quejan, e inevitablemente algunos mueren. Y nada de eso es agradable.
Quizás debido a estos factores (entre otros), lo que ocurre finalmente es que después de un tiempo trabajando en ese entorno, a los médicos, enfermeras, etc. no les importa (o lo fingen muy bien) lo que irónicamente es lo más importante para el paciente paciente: el dolor.
Si, ya se que a quien tiene dolores le dan analgésicos, pero no me refiero a eso. La cuestión es que cuesta el mismo tiempo y trabajo poner o quitar una vía con cuidado que sin cuidado, pero si pegan un tirón de la aguja sin ningún cuidado y pones cara de "pues los jalapeños no están tan picantes", todavía te miran como diciendo "y que esperabas, esto es un hospital" o "vaya, otro quejica, si no es para tanto". Tenemos un problema de falta de sensibilidad en una profesión en la que se esperaría que hubiese mucha.
Las enfermeras dirán que es mentira, que los pacientes se quejan por nada, que los turnos son muy largos ... y lo cierto es que algunas sí tienen cuidado, pero esas no necesitan excusas.
Que conste que tengo una amiga enfermera, aunque es enfermera de quirófano y claro, puede atacar a placer porque al agraciado no le ha dado tiempo ni a saludar al anestesista.
Este artículo habla en términos generales y siempre hay excepciones, pero la medicina sólo es un ejemplo. Esta influencia del entorno y de los clientes que modifican al profesional se da en muchos sectores.
De momento, cuando voy a la revisión de la dieta y digo que me la he saltado un día en casa de unos amigos pero comiendo sólo un cuadradito de empanada de atún (que rica) de solo 2x2cm, se que la doctora me mira pensando "son todos incorregibles, seguro que se ha metido media empanada el solito". Por suerte, segundos después la imparcial báscula me da la razón, porque he sido bueno y si me da hambre me entretengo poniendo un post.
jueves, 17 de mayo de 2007
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